Son muchos los niños, que en las etapas en las que se empiezan a desarrollar las habilidades comunicativas y el lenguaje empieza a ser más abundante y elaborado y las frases más largas y complejas, pasan por un periodo de alteraciones en el habla que preocupa y desconcierta a los padres. Estas alteraciones son involuntarias y se manifiestan con:
“Los duelos duelen y no se puede hacer nada por evitarlo”
Jorge Bucay
De repente el tiempo se para, nadie te ha avisado pero de pronto se detiene tu vida, te quedas sin respiración y te cuesta creer lo que está pasando. Te esfuerzas por despertar de esta pesadilla, te convences de que todo es mentira, de que en cualquier momento alguien vendrá para desmentirlo, no puede estar pasando, no es real.
Ayer estuviste con él, es imposible que hoy ya no esté.
Para que la conducta de un hijo cambie, es necesario que los padres cambien su manera de actuar y comportarse en algunas situaciones, ya que aunque nosotros estemos actuando como creemos que es lo mejor para el niño, puede que estemos reforzando la aparición de estas conductas sin darnos cuenta de ello.
Esta es una de las preguntas más frecuentes que nos hacéis los padres que tenéis niños con dislalias. Pero antes de explicar cómo puede afectar que un niño “hable mal” a la lectoescritura y daros algunas ideas y pautas para trabajar en casa, vamos a explicar brevemente que es una dislalia y como es el proceso de inicio en la lectoescritura.