La anorexia nerviosa es uno de los tres tipos de trastornos de la conducta alimentaria y de la ingestión de alimentos caracterizado por el mantenimiento del peso corporal en los valores mínimos normales. Esta alteración suele aparecer con mayor frecuencia en mujeres adolescentes aunque está aumentando en los últimos años el número de varones en los que se produce.

Es necesaria la presencia de estas cuatro características para que pueda diagnosticarse anorexia nerviosa:

  • Rechazo a mantener un peso corporal mínimo
  • Distorsión de la imagen corporal
  • Intenso miedo a ganar peso
  • Amenorrea (ausencia de regla) aunque se haya pasado la primera regla (menarquía)

Dentro de la anorexia nerviosa existen dos subtipos:

Anorexia nerviosa de tipo restrictivo

En este caso, en los episodios de anorexia nerviosa no aparecen episodios recurrentes de atracones o el uso de vómitos, laxantes o diuréticos (conductas de purga)  ya que la pérdida de peso se consigue con ayuno, ejercicio intenso o dieta.

Anorexia nerviosa de tipo purgativo/ compulsivo

Durante los episodios de anorexia nerviosa, se recurre de forma regular a atracones o conductas de purga como la provocación del vómito o el uso excesivo de enemas, diuréticos o laxantes.

En su personalidad destacan características como el perfeccionismo, una gran rigidez, hiperresponsabilidad, necesidad de control, elevada necesidad de aprobación por parte de los demás, dependencia, dificultades sociales y una tendencia al conformismo. Tienen dificultades para reconocer, aceptar y expresar emociones y necesidades, especialmente negativas (alexitimia).

La alarma aparece cuando hay una excesiva pérdida de peso, una negativa por parte de la persona a comer, aparecen dietas severas y estrictas, amenorrea y la paciente niega su delgadez debido a la distorsión en su imagen corporal. La familia puede empezar a detectar conductas atípicas o raras en los hábitos relacionados con la alimentación como trocear la comida, comer muy poco, necesidad de continua actividad, acudir al baño después de comer o el uso excesivo de laxantes usando como excusa el estreñimiento. También aparecer bruscos cambios de humor, irritabilidad, elevada ansiedad, humor depresivo, excesiva preocupación por la comida y el peso, ideas obsesivas relacionadas e incluso en algunos caso conductas de autolesión e ideas o intentos de suicidio.

Aparecen dificultades en la concentración y el aprendizaje, desinterés por actividades lúdicas y/o sexuales, temor a verse obligadas a comer en sociedad, negativa a crecer, adquisición de conocimientos sobre dietética, disminución o ingesta excesiva de líquidos, disminución de las horas de sueño, aumento de horas de estudio, negativa a mostrar su cuerpo y aislamiento social.