Es una disfunción del sistema respiratorio producida como mecanismo de defensa ante una obstrucción nasofaríngea, en la cual, el aire es inspirado por la boca y llega a los pulmones por una vía más corta y fácil para poder completar las necesidades de oxígeno de nuestro cuerpo. Este tipo de respiración es detectado con bastante facilidad tanto por profesionales como por familiares.

La respiración debe ser exclusivamente nasal, para filtrar partículas, microbios y calentar y humedecer el aire que entra en nuestros pulmones, aunque se considera fisiológico, respirar parcialmente por la boca en situaciones específicas durante cortos periodos de tiempo. Al respirar por la boca, el paciente, baja la mandíbula y adelanta la lengua para que el aire pueda entrar en la laringe con más facilidad. Cuando este tipo de respiración se convierte en hábito, se habla de Síndrome de Respiración Bucal, produciéndose alteraciones fisiológicas que afectan al desarrollo físico, estrechamiento de las fosas nasales superiores, hipertrofia de cornetes, modificaciones en la columna y cavidad oral, etc.

Características del respirador bucal

  • Rostro alargado y estrecho.
  • Paladar  profundo y estrecho (paladar ojival)
  • Apiñamiento de dientes.
  • Arcada superior en forma de triángulo.
  • Boca entreabierta por incompetencia labial.
  • Labio superior hipotónico (fino)
  • Labio inferior hipertónico (ancho)
  • Lengua baja y voluminosa.
  • Mandíbula en posición más retrógrada.
  • Hipertrofia del músculo borla del mentón.
  • Saliva escasa y espesa.
  • Mal aliento.
  • Hundimiento del esternón y escápulas en forma de alas. 

Existen numerosas causas por las que un paciente puede llegar a desarrollar el síndrome de respiración bucal (RSB) estas pueden ir desde alergias y procesos catarrales crónicos hasta la constricción de las vías respiratorias, desviaciones del tabique nasal, hipertrofia de amígdalas, adenoides, etc.