La afasia se trata de un trastorno del lenguaje, en el cual se puede ver afectado la expresión y la comprensión, además de la lectura o la escritura. La afasia se produce como consecuencia de una lesión en las partes del cerebro que controlan el lenguaje. Las causas más comunes pueden ser: un daño cerebral, causado por un traumatismo cráneo-encefálico, un ictus, tumores, infecciones, etc. es decir, se trata de un trastorno adquirido.

El hemisferio izquierdo del cerebro suele ser la parte lesionada en la mayoría de las afasias, afectando a la mayor parte de los diestros y alrededor de la mitad de los zurdos. Las personas que tienen el hemisferio derecho lesionado pueden tener otras dificultades además del habla y del lenguaje. La gravedad de la afasia depende de la cantidad y la ubicación del daño cerebral.
 
Las personas con daño cerebral pueden tener también problemas en el habla: como la disartria o apraxia (dificultad para llevar a cabo movimiento aprendidos previamente, como peinarse) también problemas en la deglución: disfagia. Además de los síntomas propios del lenguaje, habla y deglución intervenidos por logopedas existen otros déficits asociados que pueden aparecer en la afasia y que afectan a capacidades psicológicas o motrices que convendría trabajar con un psicólogo.

Por este motivo es muy importante un trabajo interdisciplinar entre los diferentes profesionales que trabajan con la persona. El logopeda deberá coordinarse con médicos, terapeutas ocupacionales, fisioterapeutas, psicólogos, etc, para poder cubrir todas las necesidades de la persona. Además se debe tener en cuenta la colaboración directa con la familia, proporcionándole las estrategias adecuadas que mejoren la comunicación del paciente, tanto a nivel comprensivo como expresivo y proporcionar la información necesaria en cada momento.

Estos déficits podrán dificultar tanto el día a día de la persona, como la de los familiares que están en contacto con la persona, haciendo que la calidad de vida se vea comprometida.