
El trastorno específico del lenguaje o T.E.L es un trastorno del neurodesarrollo que afecta a la adquisición y desarrollo del lenguaje y que puede alterar tanto el área comprensiva como la expresiva o ambas y puede implicar a uno o varios componentes del lenguajes: fonética y fonología, semántica, morfosintáctica y/o pragmática. Estas dificultades no son causadas por ningún daño conocido a nivel neurológico, sensorial o emocional como pérdida auditiva, daño cerebral, bajo coeficiente intelectual, dificultades a nivel motor o factores socioambientales.
Algunos de los criterios que se utilizan como inclusión en este trastorno son:
- Tener una edad lingüística de 1 año por debajo de la edad cronológica
- Su comprensión debe estar 6 meses por debajo de su edad cronológica
- El desarrollo expresivo debe ser 1 año menor a su edad cronológica
¿Cuáles pueden ser algunos indicativos que nos pongan en alerta?
El T.E.L aparece después de un periodo de desarrollo normal, en ocasiones aparecen las primeras palabras, desaparecen y más tarde vuelven a aparecer de forma tardía, en otras ocasiones, puede que estas no lleguen a aparecer, en otros casos se observan parones o el lenguaje se adquiere de forma muy lenta. La edad media en la que los padres se dan cuenta de estos errores está entre los 24 y 30 meses, cuando el lenguaje ya no se desarrolla de forma normotípica.
A los 2 años, los niños con un desarrollo del lenguaje normotípico realizan combinaciones de palabras y tener al menos 50 palabras en su repertorio léxico, de los cueles el 20% deberían ser verbos. Generalmente, los niños con T.E.L suelen tener un vocabulario escaso.
A los 3 años, los niños con T.E.L., las oraciones que emiten son muy simples, generalmente o en su mayoría de 3 elementos y presentan dificultades a la hora de entenderlas por parte del receptor, debido a errores fonéticos y fonológicos. Además de observa dificultad a la hora de comprender oraciones interrogativas.
A los 4 años, no se observan narraciones y sus oraciones son de 3 elemento o menos con vocabulario reducido, ausencia de adjetivos, pronombres… en los niños con T.E.L.
A los 5 años se observan dificultad de acceso al léxico y agramaticalismos (desorden sintáctico en las oraciones, en la que se incluyen pocas palabras funcionales con omisiones y sustituciones de morfemas gramaticales ligados, así como omisiones y sustituciones de palabras funcionales) en los niños con este trastorno.
A medida que transcurre el tiempo, 8 años en adelante, estas dificultades se hacen menos visibles, ya que los niños logran comunicarse con un lenguaje más formal y elaborado y podemos llegar a pensar que esas dificultades han sido superadas, pero realmente, sigue habiendo problemas en su lenguaje expresivo, tienen dificultad para hacer narraciones y su discurso en ocasiones no es coherente, se observa dificultad para cohesionar bien las ideas que quieren expresar y en algunas ocasiones están mal secuenciadas temporalmente. Así mismo, podemos encontrar dificultades en el aprendizaje de la lectoescritura y en matemáticas, debido al contenido abstracto que presenta esta materia, por lo que el rendimiento académico se ve afectado en todas las etapas, incluida la educación secundaria.
Algunos de los indicativos en los que nos podemos fijar y que afectan a cada uno de los componentes del lenguaje son:
• Área fonética y fonológica
- Habla ininteligible
- Errores de simplificación fonológica, es decir, errores de cambio u omisión de letras.
- Dislalias que implican dificultades en la articulación de fonemas.
- Errores de discriminación auditiva que generan confusión de sonidos al escucharlos
• Semántica
- Vocabulario reducido y dificultad para aprender vocabulario nuevo
- Dificultades de acceso al léxico, es decir, dificultad para encontrar palabras.
- Circunloquios que son rodeo de palabras para expresar algo que podría haberse dicho de forma más breve.
- Dificultades en la comprensión y expresión de lo abstracto
• Área morfosintáctica (área más afectada)
- Utilizan oraciones simples y con pocos elementos
- Frases mal estructuradas y errores de concordancia
- Mala conjugación verbal
- Escasa utilización de proposiciones y nexos
• Área pragmática
- Dificultades para establecer relaciones sociales a través del juego (entender y respetar normas…)
- Dificultad para comprender los estados emocionales y resolver problemas interpersonales
- Dificultades para realizar y comprender inferencias, es decir, comprender todo los que no ser literal o esté contextualizado como las ironías, dobles sentidos, metáforas o chistes
Este trastorno, persistente y evolutivo, presenta diferentes grados de afectación y no afecta igual a cada niño, sino que los síntomas van a variar de uno a otro, así mismo, cada niño posee unas competencias perceptivas que les sirven para compensar o ayudarse a la hora de resolver esas dificultades por ejemplo: la memoria visual. Muchos T.E.L presentan comorbilidad con otros trastornos como dislexia, discalculia, digrafía, trastorno por déficit de atención e hiperactividad, alteraciones de la interacción social entre otras…
El T.E.L siempre aparece como un retraso en la adquisición del lenguaje, por ello debemos dejar a un lado todos eso mitos y leyendas como “ya hablará”, “es muy pequeño” o “cada niño tiene su ritmo” esto no quiere decir que todos los hablantes tardíos vayan a terminar teniendo un trastorno específico del lenguaje, pero sin embargo, todos los T.E.L fueron hablantes tardíos. Por todo esto es necesario y de vital importancia la detección e intervención en etapas tempranas. No se debe esperar a tener un diagnóstico, sino actuar sobre las dificultades en el momento que sean detectadas para favorecer su pronóstico.