La pérdida auditiva, hipoacusia o sordera se trata de un trastorno sensorial que dificulta la entrada de sonidos de manera correcta y por lo tanto afecta al desarrollo del habla, del lenguaje o de la comunicación.
Llamaremos hipoacuasia a la pérdida parcial auditiva y sordera a la pérdida total de audición. Además, tendremos que tener en cuenta que dependiendo del momento en el que aparezca la pérdida auditiva las afectaciones en el lenguaje serán diferentes. La pérdida auditiva puede ser prelocutiva, es decir antes de que el niño desarrolle el lenguaje (antes de los 36 meses), ó postlocutiva, después de que el lenguaje se desarrolle (después de los 36 meses). Cuando la persona tenga desarrollado su lenguaje y la pérdida auditiva haya ocurrido después, el desarrollo del lenguaje no se verá comprometido, aunque la comunicación si se encontrará afectada.
Dependiendo de la pérdida auditiva, la afectación y la estimulación del lenguaje serán diferentes.
- Audición normal: se puede oír sonidos suaves por encima de 20 dB.
- Hipoacusia leve: entre 20 y 40 dB. Cuesta entender a las personas en ambientes ruidosos. Suelen tener pequeñas dificultades articulatorias al no identificar totalmente todos los fonemas.
- Hipoacusia moderada: entre 40 y 70 dB. Cuesta entender a las personas sin la prótesis auditiva. La dificultad reside en identificación de vocales y articulación defectuosa. El lenguaje expresivo se encuentra también comprometido.
- Hipoacusia severa: entre 70 y 90 dB. Para poder oír es necesario prótesis auditiva o un implante coclear. En este caso se percibe algunos sonidos, pero existe imposibilidad de la adquisición espontanea del lenguaje.
- Hipoacusia profunda: por encima de los 90 dB. No se perciben sonidos. En este caso no se puede adquirir el lenguaje oral, suelen tener dificultades socioeducativas.
Las causas de la deficiencia auditiva pueden ser de distintos tipos:
- Genéticas; como por ejemplo el síndrome de Usher.
- Prenatales; enfermedades maternas en el embarazo o por incompatibilidad RH.
- Perinatales; ocurre cuando existe sufrimiento fetal o bajo peso al nacer (menor o igual a 1500gr).
- Postnatales: ocurre cuando existe traumatismo craneal, infecciones, otitis media o meningitis.
Es importante tener en cuenta que la audición nos proporciona informaciones muy importantes del entorno que nos influyen en el desarrollo evolutivo, afectando también al área cognitiva, emocional, comportamental, social y ocupacional, por eso una detección temprana y su intervención individualizada facilita el desarrollo general del niño/a. También es necesario que el entorno se adapte a las necesidades del niño y aprenda a utilizar las herramientas necesarias, entre los que se encuentran los sistemas de comunicación aumentativa.