Pasar al contenido principal
USO PROLONGADO DEL CHUPETE

El chupete es una herramienta que usamos principalmente para tranquilizar al bebé, estos nacen con una serie de reflejos innatos, entre ellos el reflejo de succión, utilizado para el amamantamiento y la alimentación, función que resulta tranquilizadora y placentera del bebé.

El uso del chupete se ha de introducir una vez esté instaurado el hábito de lactancia ya sea natural o artificial, no se recomienda en los primeros días de vida y una vez cumplido el año, el bebé debería comenzar a abandonar el chupete, esto puede ser gradual o repentino, pero es recomendable no superar los 2 años.

¿Es bueno el uso chupete?

El uso del chupete ofrece ventajas tanto a nivel emocional como para el desarrollo de las funciones orofaciales, pero eso sí, hasta un cierto momento ya que su uso prolongado puede ocasionar malformaciones y alteraciones para el desarrollo del lenguaje.

VENTAJAS DEL USO DEL CHUPETE

- Tranquilizador, el uso del chupete ayuda al bebé a la hora de dormir.

- Mejora el patrón de succión.

- Fortalece la musculatura orofacial.

- Distracción temporal ante berrinches, visitas al médico…

- Evita que los niños se lleven cosas a la boca.

- Reduce el riesgo del síndrome de muerte infantil súbita.

 

¿Pero, utilizamos el chupete de forma correcta?

En ocasiones llega un momento en el que el chupete forma parte del propio bebé, creándose así un vínculo que entre ambos que va más allá de esa función o herramienta tranquilizadora con la que habíamos iniciado esta unión. Por ello se recomienda dar el chupete al niño únicamente en aquellas situaciones donde realmente lo necesite.

¿Qué pasa cuando se usa más allá de los 12 meses?

Un uso prolongado del chupete crea una serie de malos hábitos que se mantienen en el tiempo y llegan a crear una serie de alteraciones que dificultan el desarrollo normal del niño en el lenguaje, la respiración y la alimentación.

 - Reduce el balbuceo y la experimentación con los sonidos. El balbuceo es la etapa pre-lingüística de gran importancia para el desarrollo del lenguaje ya que es donde empezamos a familiarizarnos con los fonema de la lengua, aparecen los primeros sonidos, las primeras vocalizaciones, cadenas silábicas (ta-ta-ta…). Al tener el chupete en la boca es menos probable que el bebé imite y experimente con los sonidos ya que no puede realizar movimientos bucoarticulatorios.

- Reducción del lenguaje verbal. Las oportunidades de expresar de forma verbal lo que ve o le llama la atención, como un animal o un coche, se ven reducidas a un gesto o un sonido.

- Además este uso prolongado del chupete producir alteraciones a nivel mandibular y dentario. De esta forma, los dientes de la arcada superior se van a ver adelantados respecto a la arcada inferior produciendo una mordida abierta o cruzada.

- Desalineamiento de las mandíbulas inferiores y superiores.

- Fomenta que aparezca la deglución atípica. Esta, es una alteración a la hora de tragar donde la lengua se coloca entre los dientes en el momento de la deglución, esto es debido a que la lengua se acostumbra a estar en una posición de reposo.

- Respiración bucal. Con el chupete, los bebés suelen respirar por la boca en vez de hacerlo por la nariz lo que favorece la aparición de deformidades en el paladar, este se vuelve ojival y alto.

- Dislalias. Debido a la posición de la lengua hacia delante es más probable que el niño sustituya la /s/ por el sonido /z/. Fonemas como /b/ y /p/ se pueden ver afectados por el continuo hábito de tener la boca abierta. La /f/ presenta dificultades de articulación debido al desalineamiento de las mandíbulas al igual que los sonidos /r/, /n/ y /l/ que requieren que la lengua se apoye en la arcada superior.

Si decidimos ofrecer el chupete a nuestro bebé y no queremos favorecer esa dependencia hacia el chupete podemos tener en cuenta algunos consejos como:

- No usar el chupete como primera línea de defensa. Podemos intentar mover al bebé, distraerle con algún juguete…

- Dejar que sea el bebé quien marque el ritmo, si no lo pide, no se lo des.

- No poner sustancias dulces en el chupete, para no fomentar su demanda.

 

Otras herramientas o formas en las que podemos deshacernos del chupete pueden ser:

- Hacer una ofrenda. Proponle a tu hijo dejárselo a Papá Noel, Reyes Magos o al Ratoncito Pérez, seguro que estos le dejan un buen regalo.

- Hacer un cambio, para los bebés que cuando quieren consuelo por ejemplo al caerse o cuando tienen miedo, piden el chupete, podemos ofrecerles algún otro objeto que sea de su preferencia o le sirva de distracción.

- Podemos leer cuentos, si su hijo es un fanático de los cuentos, hay muchos libros para este fin.

- Hacer una fiesta de despedida.

- Tirar el chupete a la basura cuando se rompa, pueden ser ellos mismos quienes se deshagan de él.

- Pérdida del chupete.

Share this post